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El líder del Partido del Centro Maud Oloffson junto con los ministros de medioambiente –Andreas Carlgren-, agricultura –Eskil Erlandsson- y comunicaciones –Asa Torstensson-, proponían la total prohibición de los coches de combustión de derivados del petróleo para el año 2025. La medida resultó ser quizá demasiado agresiva y tras algunos acalorados debates, la moratoria se amplió hasta el 2030, cinco años más para dar tiempo a adaptarse a la sociedad. Todos coinciden al buscar unapolítica medioambiental más estricta en este sentido para que, paulatinamente, haya más coches eléctricos y menos contaminantes. De momento, lo que ya está prácticamente confirmado es que, en un breve plazo, se van a aumentar los impuestos a los coches con consumos elevados. La medida, bien recibida por la población, puede suponer un problema para las grandes compañías de vehículos suecas, Saab y Volvo, que si bien ya están empezando a verle las orejas al lobo y se esmeran en investigar coches de propulsión eléctrica o de etanol, hoy por hoy, la mayoría de sus ingresos provienen de la automoción tradicional.
En principio se trata sólo de una propuesta, pero al parecer, ha encontrado eco tanto en la población como en el resto de partidos políticos que no han replicado con excesiva intensidad. Los suecos se han caracterizado siempre por su progresismo, aunque en algunas cosas no lo son tanto, pero en general esta sociedad va por delante del resto del mundo en muchas cuestiones sociales y económicas. Incluso ahora, impulsan medidas de peso para aumentar las ventas de coches menos contaminantes, ofreciendo subvenciones de 10.000 coronas (1.100 euros) por adquirir un coche con una tasa de emisión por debajo de los 120 gr/l, algo similar a lo que ha hecho el gobierno español, rebajando el impuesto de matriculación en un porcentaje muy significativo por no superar dicha medida.
Suecia no se contenta con eso. También presentó el pasado año el primer etanol sostenible del mundo. Concretamente la compañía SEKAB anunció que esla primera compañía del planeta en suministrar etanol sostenible verificado. Este etanol procedente de caña de azúcar brasileña dispone de calidad certificada en lo referente a la perspectiva medioambiental, climática y social. SEKAB ha desarrollado, junto a productores brasileños progresivos, criterios que cubren todo el ciclo de vida del etanol desde los campos de la caña de azúcar hasta su uso en coches con sistema flexi-fuel (FFV). Los criterios son compatibles con las demandas destacadas de los procesos que se están desarrollando por organizaciones como la ONU, la UE, la ILO y una serie de ONG. Los requisitos tienen tolerancia cero para las condiciones de trabajo infantil, condiciones de trabajo no reguladas (trabajo de esclavo) y la destrucción de la pluviselva. Hay también requisitos relacionados con las condiciones laborales, leyes laborales y salarios. La recolección está mecanizada en al menos un 30 por ciento actualmente y esto aumentará al 100 por cien para el año 2014. En cuanto al clima, las demandas resultarán en una reducción de las emisiones de dióxido de carbono de la agricultura, la producción y el transporte por al menos el 85 por ciento en comparación con la gasolina. Una compañía de verificación internacional independiente auditará todas las unidades de producción dos veces al año para asegurar que se cumplen los criterios establecidos. De hecho, el 85 % de los coches Saab que circula por Suecia funcionan con este etanol, siendo este país el que mas extendido tiene el consumo de este tipo de combustible.
Suecia se pone a la cabeza del mundo en cuanto a la reducción de la dependencia del petróleo para automóviles se refiere. Esperemos que el resto de Europa (y del mundo) se contagie de esta furia de progreso y pronto nos encontremos con un sistema realmente sostenible de automoción no contaminante.