martes, 1 de septiembre de 2009

Este es el diputado que se niega a ratificar las mentiras de Chávez


Este diputado, Tirso Silva, se empeña en re-denunciar lo obvio, lo que el gobierno no quiere reconocer.

Silva no acepta la exigencia chavista de ratificar las mentiras presidenciales, al menos en materia de salud.

El Univesal entrevistó a Tirso Silva, miembro del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), la agrupación política, el rebaño, que apoya a Hugo Chávez Frías.

Leamos la nota de El Universal:

Diputado del PSUV insta al Gobierno a corregir problemas del sistema sanitario



Para Silva, el hospital Vargas es un emblema de irregularidades:

se le dio el dinero a una empresa para empezar, pero nunca lo hizo y se fue (Gabriela Pulido)

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El deterioro que hoy exhibe la infraestructura de salud, el déficit de médicos, enfermeras, insumos y fármacos no puede -tras 10 años y medio de gobierno- seguir atribuyéndose a los cuarenta años de la "Cuarta República", señala el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Tirso Silva, quien subraya la necesidad de que el Gobierno asuma su responsabilidad y actúe para corregir la vía que tomó el sistema sanitario.

Contrariamente a las declaraciones del presidente Chávez el pasado martes, cuando afirmó que la salud en su gestión "ha dado pasos agigantados" y que va camino a "un sistema de óptima calidad", Silva indica que atraviesa su peor momento.

"El pueblo no puede seguir con este mareo de que vamos a mejorar la salud y ya tenemos 10 años con ese disco rayado diciendo lo mismo pero los resultados no lo apoyan".

El parlamentario del PSUV afirma que es imposible seguir en silencio mientras ve el desastre que exhiben todos los establecimientos de salud y especialmente los hospitales para los cuales se han entregado grandes cantidades de dinero para su rehabilitación.

"Además del inmenso presupuesto ordinario del Ministerio de Salud, en los últimos dos años se le han entregado 8 o 9 créditos adicionales", puntualiza el parlamentario. Recuerda que en 2007 la Asamblea Nacional aprobó para la refacción de hospitales un crédito de 1,35 millardos de bolívares fuertes y que en 2009 autorizaron otros BsF 300 millones para la culminación de las obras.

En ese sentido explica que han enviado ya tres comunicaciones a Minsalud solicitando los informes de desembolsos y gastos, pero hasta al momento no han recibido respuesta.

"El Parlamento tiene que saber cómo manejaron esos recursos y quiénes son los responsables de este desastre. Si es que están en el Gobierno, son los empresarios o los dos. Hay que pedir al Poder Judicial que se active para ejercer las sanciones pertinentes".


También opuesto al calificativo de "degeneración" que el presidente Chávez dio a la salud privada durante el acto por el aniversario del Cardiológico Infantil, Silva reflexiona sobre "qué habría pasado en Venezuela si no existiera la medicina privada con un sistema público en el estado en el que está".
"El Gobierno tiene que reconocer que ha sido el principal inversor del sistema privado a través de la contratación de seguros HCM para los empleados públicos".

Los 11 principios de la propaganda Nazi


De todos es sabido que los nazis fueron especialistas de la propaganda (palabra que gente de todos los idiomas la pronuncia en español o latin).

Joseph Goebbels, ministro de propaganda en el gobierno de Adolf Hitler, y una de las personas más poderosas en el entorno del mandatario asesino y totalitario, fue un genio de la manipulación de las ideas y las consignas. Sus famosos principios impulsaron el régimen nazi que aterrorizó al mundo y todavía son usados hoy en día como herramienta propagandítsitca. Son once:

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraiguan”.

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.

Estos principios siguen vigentes hoy, casi 70 después de su creación.