El principal implicado en el caso de un supuesto envío de fondos electorales de Venezuela a Argentina, Guido Antonini, dijo este jueves en una corte de Miami que cuando el dinero fue hallado por la Aduana en Buenos Aires fue advertido que debía decir que era suyo o tendría problemas.
Antonini relató que tras producirse la incautación de una maleta con 800.000 dólares, que él llevaba cuando fue requerida por las autoridades, una mujer se presentó en la oficina de Aduanas, le dijo que solucionaría el problema y que debía firmar un acta en la que declaraba como propio el dinero.
"Yo les decía que el dinero no era mío. Ella me dijo: 'Cállate, me mandaron aquí a solucionar este problema'", relató Antonini ante el jurado.
La mujer era María Cristina Galli, aparentemente una funcionaria en el aeropuerto de Buenos Aires, aunque no fue identificada por su cargo.
Antonini dijo que un empleado completó el acta, que él firmó indicando que era dueño del dinero.
"Me dijeron que si no firmaba el acta iba a estar en problemas", respondió a una pregunta del abogado defensor de Franklin Durán, un venezolano acusado de actuar en Miami como agente del gobierno de Venezuela para forzar a Antonini a ocultar los hechos.
El hecho se iba a tramitar como una infracción. El estado argentino incautaría el 50% del dinero y la otra mitad se devolvería a su supuesto dueño. "Yo iba a poder quedarme con esos 400.000 dólares", contó Antonini que le dijeron.
De esa forma ambos gobiernos quedaban liberados de responsabilidad en el envío de esos fondos.
Al regresar a Miami, donde reside, Antonini simuló participar de la maniobra de encubrimiento de los hechos, pero estaba colaborando y grabando reuniones y conversaciones telefónicas para el FBI.
El empresario estadounidense-venezolano, convertido hoy en testigo clave de un escándalo que involucra a los gobiernos de Argentina y Venezuela, dijo que estuvo varias horas en una sala de la Aduana del aeroparque Jorge Newbery intentando solucionar el enredo en que había quedado tras la aparición del dinero en esa maleta.
"Pedí muchas veces que lo llamaran a Claudio Uberti", dijo Antonini en referencia a un ex funcionario del gobierno argentino que, según evidencias en el juicio, era uno de los responsables por el traslado de esas maletas entre Caracas y Buenos Aires.
Dos días después, Uberti fue a ver a Antonini al hotel donde se alojó durante su estadía en Buenos Aires. "Me dijo que me agradecía lo que hice, que era muy importante para él y para Argentina, y que podía pedirle lo que quisiera en su país", contó Antonini.
"¿Usted pidió algo?", le inquirió el abogado.
"Me ofreció una licencia para exportar carne argentina, y otras cosas, pero le dije que no quería nada, que necesitaba que solucionen este problema", declaró.
Evidencias presentadas en el juicio y declaraciones de varios de los imputados indicaron que el dinero era del estado venezolano y consistía en un aporte a la campaña electoral de la entonces candidata presidencial en Argentina Cristina Kirchner, quien negó haber recibido fondos ilegales.
La esposa del ex mandatario Néstor Kirchner ganó las elecciones a fines de octubre de 2007, tres meses después del polémico vuelo.
Antonini relató que tras producirse la incautación de una maleta con 800.000 dólares, que él llevaba cuando fue requerida por las autoridades, una mujer se presentó en la oficina de Aduanas, le dijo que solucionaría el problema y que debía firmar un acta en la que declaraba como propio el dinero.
"Yo les decía que el dinero no era mío. Ella me dijo: 'Cállate, me mandaron aquí a solucionar este problema'", relató Antonini ante el jurado.
La mujer era María Cristina Galli, aparentemente una funcionaria en el aeropuerto de Buenos Aires, aunque no fue identificada por su cargo.
Antonini dijo que un empleado completó el acta, que él firmó indicando que era dueño del dinero.
"Me dijeron que si no firmaba el acta iba a estar en problemas", respondió a una pregunta del abogado defensor de Franklin Durán, un venezolano acusado de actuar en Miami como agente del gobierno de Venezuela para forzar a Antonini a ocultar los hechos.
El hecho se iba a tramitar como una infracción. El estado argentino incautaría el 50% del dinero y la otra mitad se devolvería a su supuesto dueño. "Yo iba a poder quedarme con esos 400.000 dólares", contó Antonini que le dijeron.
De esa forma ambos gobiernos quedaban liberados de responsabilidad en el envío de esos fondos.
Al regresar a Miami, donde reside, Antonini simuló participar de la maniobra de encubrimiento de los hechos, pero estaba colaborando y grabando reuniones y conversaciones telefónicas para el FBI.
El empresario estadounidense-venezolano, convertido hoy en testigo clave de un escándalo que involucra a los gobiernos de Argentina y Venezuela, dijo que estuvo varias horas en una sala de la Aduana del aeroparque Jorge Newbery intentando solucionar el enredo en que había quedado tras la aparición del dinero en esa maleta.
"Pedí muchas veces que lo llamaran a Claudio Uberti", dijo Antonini en referencia a un ex funcionario del gobierno argentino que, según evidencias en el juicio, era uno de los responsables por el traslado de esas maletas entre Caracas y Buenos Aires.
Dos días después, Uberti fue a ver a Antonini al hotel donde se alojó durante su estadía en Buenos Aires. "Me dijo que me agradecía lo que hice, que era muy importante para él y para Argentina, y que podía pedirle lo que quisiera en su país", contó Antonini.
"¿Usted pidió algo?", le inquirió el abogado.
"Me ofreció una licencia para exportar carne argentina, y otras cosas, pero le dije que no quería nada, que necesitaba que solucionen este problema", declaró.
Evidencias presentadas en el juicio y declaraciones de varios de los imputados indicaron que el dinero era del estado venezolano y consistía en un aporte a la campaña electoral de la entonces candidata presidencial en Argentina Cristina Kirchner, quien negó haber recibido fondos ilegales.
La esposa del ex mandatario Néstor Kirchner ganó las elecciones a fines de octubre de 2007, tres meses después del polémico vuelo.