Que tiemble Alemania. Si el próximo domingo los españoles realizan el mismo juego que desplegaron en el estadio Ernst Happel de Viena frente a Rusia hasta triunfar encajádole 3 goles sin permitir tantos en contra, especialmente en el segundo tiempo, los multicampeones teutones deben preocuparse desde ahora.
El seleccionado de España, aleccionado por Luis Aragonés, antes que lo elogien (en realidad lo que quiere es la Copa) dijo hoy "Estoy muy feliz, sobre todo por los jugadores", ratificando la frase aquella que cuando el equipo pierde, la culpa es del entrenador y cuando gana la gloria se la llevan los jugadores.
Esta España ganadora, que derrotó al 99% de los escépticos, La alegría medio contenida se desató con el pitido final del árbitro. La nueva España (*), es decir, la escuadra que maravilla hoy a Europa y al mundo, está en la final del domingo.
Veremos por televisión una final del Campeonato Europeo de Fútbol de la UEFA donde, desafortundamente, no estará David Villa, que sufre un estirón muscular en el biceps femoral de su pierna izquierda, que le impide jugar el 29 de junio.
(*) Esta "nueva España" no es para nada franquista
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