Esta --añade su autor, Rafael Díaz Arias- es la conclusión principal de un estudio promovido por Associated Press (AP) y presentado en la reunión anual de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN). (Puede verse el resumen informativo de AP en el International Herald Tribune y descargar el informe en pdf)
AP puso en marcha el estudio partiendo de la constatación de que los hábitos de consumo informativo de los jóvenes estaban cambiando. Pero en lugar de lanzar una encuesta cuantitativa puso en marcha un estudio antropológico con 18 jóvenes entre 18 y 34 años, todos ellos “digitales” (conectados gran parte del día), de Estados Unidos, Reino Unido e India. Este tipo de estudios indican tendencias profundas, pero no tienen la representatividad de las encuestas masivas y, por tanto, las conclusiones debieran de ser verificadas más ampliamente.
El consumo de noticias de estos jóvenes tiene mucho de episódico. Es un proceso en el que las alertas informativas, actualizaciones y noticias factuales se suceden de forma compulsiva. En este proceso, los sujetos echan de menos informaciones que contextualicen y esclarezcan lo que acontecen.
En el siguiente esquema se visualiza este proceso. En la parte superior, lo que reciben. En la inferior, lo que desean.
- Algunos hechos explican la angustia informativa de estos jóvenes:
- Las noticias están conectadas con el correo electrónico. Tantas veces como se consulta el correo, se consultan las noticias.
- Esa consulta constante entra en la espiral del aburrimiento: estamos aburridos y consultamos las noticias, que no hacen más que aburrirnos.
- La información se convierte en un producto más de consumo rápido.
- Estos consumidores sienten la necesidad de una información más profunda, pero no la encuentran
- El consumo de información se comparte con el desarrollo de otras tareas en línea.
- Las constantes promociones informativas de la televisión aumentan la fatiga. Las noticias televisivas tratadas como entretenimiento (infotainment) relajan la tensión
- Estos jóvenes son adictos a las noticias deportivas, de espectáculos y del corazón.
En este contexto, los responsables de AP proponen un nuevo esquema de difusión en tres pasos. Uno, alarma informativa en la red. Dos, información breve y de tensión informativa, disponible en la red y en televisión. Tres, informe en profundidad, a distribuir en múltiples plataformas. No me parece una propuesta demasiado novedosa, pero viene a reafirmar la convergencia de las plataformas de difusión.
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