La opinión pública norteamericana y del mundo se pregunta no ahora sino desde hace tiempo qué ocurrirá con Obama, a quien le queda un complejo camino por recorrer si quiere convertirse en el primer presidente negro -afroamericano- en la historia de Estados Unidos.
Ahora en ese país se habla en los medios de comunicación del peligro de un atentado contra Barack Obama. Hasta la misma Hillary Clinton, hace algunas semanas, recordó que algunas campañas por la candidatura han durado hasta junio, como en la que mataron a Robert F. Kennedy, que era prenominado en 1968 y fue asesinado un día como hoy, el 6 de junio de ese año, comentario que fue muy criticado y algunos dijeron que le había deseado la muerte a su rival.
La similitudes son importantes: inmersos en una crisis económica y con una guerra a cuestas, los estadounidenses tuvieron en Bobby, el hermano menor de John F. Kennedy, el candidato de la esperanza, algo similiar a lo que en la actualidad ocurre con el senador de Illinois.
"Por lo pronto" -dice León Krauze- "Obama y su mensaje de esperanza han sobrevivido para pelear la más grande batalla de todas: la lucha por la Casa Blanca".
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La esperanza es lo último que se pierde
"No sé qué va a pasar, pero al menos estoy en paz conmigo mismo", dijo Robert Kennedy cuando todo apuntaba a que él sería el elegido para medirse a los republicanos hace cuatro décadas. Muchos le auguraban ya durante aquella legendaria pre-campaña electoral un final idéntico al de su idolatrado hermano. Esperemos que esos mismos agoreros se equivoquen ahora cuando se enfile para buscar el triunfo en los comicios de este año.
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Ahora en ese país se habla en los medios de comunicación del peligro de un atentado contra Barack Obama. Hasta la misma Hillary Clinton, hace algunas semanas, recordó que algunas campañas por la candidatura han durado hasta junio, como en la que mataron a Robert F. Kennedy, que era prenominado en 1968 y fue asesinado un día como hoy, el 6 de junio de ese año, comentario que fue muy criticado y algunos dijeron que le había deseado la muerte a su rival.
La similitudes son importantes: inmersos en una crisis económica y con una guerra a cuestas, los estadounidenses tuvieron en Bobby, el hermano menor de John F. Kennedy, el candidato de la esperanza, algo similiar a lo que en la actualidad ocurre con el senador de Illinois.
León Krauze, en un artículo publicado en el blog de la revista Letras Libres, comenta la victoria de Omaba en las elecciones demócratas y señala que muchos factores podrían significarle una derrota en las elecciones de noviembre. La clase obrera blanca podría no reconciliarse con el candidato, las mujeres podrían no perdonarle que haya derrotado a la senadora Clinton o los hispanos podrían preferir a un hombre como John McCain, que cuenta con una indudable trayectoria de apoyo a la causa migratoria.
Lo otro, es que surja un loco que le pegue un balazo -o le ponga una bomba- a Obama y muera como Bobby o como Martin Luther King, quien por cierto también falleció aquel año 1968.
. Lo otro, es que surja un loco que le pegue un balazo -o le ponga una bomba- a Obama y muera como Bobby o como Martin Luther King, quien por cierto también falleció aquel año 1968.
"Por lo pronto" -dice León Krauze- "Obama y su mensaje de esperanza han sobrevivido para pelear la más grande batalla de todas: la lucha por la Casa Blanca".
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La esperanza es lo último que se pierde
"No sé qué va a pasar, pero al menos estoy en paz conmigo mismo", dijo Robert Kennedy cuando todo apuntaba a que él sería el elegido para medirse a los republicanos hace cuatro décadas. Muchos le auguraban ya durante aquella legendaria pre-campaña electoral un final idéntico al de su idolatrado hermano. Esperemos que esos mismos agoreros se equivoquen ahora cuando se enfile para buscar el triunfo en los comicios de este año.
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