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Hay una polémica sobre un millón de dólares que llevaría lleva ganados la princesa pop punk canadiense Avril Lavigne gracias a la transmisión de un video en Youtube. Y no sólo eso, sino que ya se acerca a la cifra de los dos millones de dólares.
En esta fecha, casi 100 millones de personas han visto, según el contador de YouTube, el video de su canción Girlfriend, que fue colocado en ese portal de videos en la internet, pero hay quienes dicen que esas cifras están infladas.
"Cada vez que el video es visto, se transmite un anuncio, y Avril recibe un porcentaje de las ganancias", informó el sitio especializado Gigwise.
¿Batiendo todas las marcas?
Todo empezó cuando el año pasado la discográfica Nettwerk Management subió el video a la web, con la promesa de que cada visita recibida se transformaría en dinero contante y sonante. A esta altura el video ya lleva, según dicen los números, 94 millones de hits, por lo que la llegada a la meta sucederá más temprano que tarde.
También desde temprano fueron sus fans quienes se apropiaron del desafío. Entonces lanzaron decenas de campañas virales invitando a propios y extraños a ver el video. Y a muchos de ellos se los acusa también de usar un inflador de visitas para engrosar de manera fraudulenta el contador de Lavigne.
Encima, reales o no, esas casi 100 millones de visitas y los más de 200 mil comentarios que recibió Girlfriend quebrarían el récord absoluto de YouTube, que hasta ahora ostenta "Evolution of dance". Y aunque cada uno de los dos videos top del sitio siguen sumando hits, el mismo YouTube los ha retirado de su ránking global. ¿Un golpe a la credibilidad?
Es cierto que no todos creen en la transparencia de esos números, y para comprobarlo basta darse una vuelta por los comentarios del sitio. Pero no es menos cierto que los incrédulos, también se han convertido en una fuente de ingresos para la linda Lavigne, cuya "epopeya" es vista y vendida como un paso gigantesco en el esquivo arte de hacer dinero con la música en Internet.
En realidad, la clave de su éxito son los viejos y queridos page views que, asociados a los avisos de YouTube, se transforman en ganancias. Controversial para muchos, el de Lavigne es un ejemplo radical de cómo hacer plata en el desafiante mundo de Internet renunciando a los viejos métodos de comercialización de discos. ¿Sólo le sucederá a Lavigne? ¿A cuántas otras cosas habrá que renunciar? ¿También a la verdad?
Fuente: Clarín
Todo empezó cuando el año pasado la discográfica Nettwerk Management subió el video a la web, con la promesa de que cada visita recibida se transformaría en dinero contante y sonante. A esta altura el video ya lleva, según dicen los números, 94 millones de hits, por lo que la llegada a la meta sucederá más temprano que tarde.
También desde temprano fueron sus fans quienes se apropiaron del desafío. Entonces lanzaron decenas de campañas virales invitando a propios y extraños a ver el video. Y a muchos de ellos se los acusa también de usar un inflador de visitas para engrosar de manera fraudulenta el contador de Lavigne.
Encima, reales o no, esas casi 100 millones de visitas y los más de 200 mil comentarios que recibió Girlfriend quebrarían el récord absoluto de YouTube, que hasta ahora ostenta "Evolution of dance". Y aunque cada uno de los dos videos top del sitio siguen sumando hits, el mismo YouTube los ha retirado de su ránking global. ¿Un golpe a la credibilidad?
Es cierto que no todos creen en la transparencia de esos números, y para comprobarlo basta darse una vuelta por los comentarios del sitio. Pero no es menos cierto que los incrédulos, también se han convertido en una fuente de ingresos para la linda Lavigne, cuya "epopeya" es vista y vendida como un paso gigantesco en el esquivo arte de hacer dinero con la música en Internet.
En realidad, la clave de su éxito son los viejos y queridos page views que, asociados a los avisos de YouTube, se transforman en ganancias. Controversial para muchos, el de Lavigne es un ejemplo radical de cómo hacer plata en el desafiante mundo de Internet renunciando a los viejos métodos de comercialización de discos. ¿Sólo le sucederá a Lavigne? ¿A cuántas otras cosas habrá que renunciar? ¿También a la verdad?
Fuente: Clarín
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