lunes, 1 de septiembre de 2008

La fantástica ciudad china de Shen Zhen

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En estos días hablaba con un venezolano que acaba de regresar de China, comerciante él, y me decía que el crecimiento económico de ese país no es una burbuja ni un espejismo, sino que es algo de verdad verdad. Sobran pruebas para demostrarlo, me decía.

Mi amigo me habló de Shen Zhen, un centro de la RR -reforma y revolución capitalista y tecnológica de China, donde viven 5 millones de personas.

Shen Zhen, "una ciudad del sur", que se encuentra en la provincia de Guangzhou, está asociado a un gran acontecimiento que ha determinado gigantescos cambios en China: la reforma y la apertura.

Hasta antes de la reforma, Shenzhen era un pequeño pueblo de pescadores. Luego, al fundarse allí la primera zona especial de desarrollo económico del país, en 1980, en una superficie de 2.020 kilómetros cuadrados, empezó a crecer de manera tan impresionante que pronto se convirtió en la zona más próspera y moderna de China.

Fue el centro piloto donde se experimentaron las modalidades de desarrollo económico que hoy predominan en el país. Hoy es uno de los centros financieros y los puertos comerciales más importantes de China. La provincia de Guangdong, que tiene nada menos que 90 millones de habitantes, es la tercera más grande en población de ese país.


Cuenta en Internet una viajera que se quedó sorprendida por el clima tan agradable de la ciudad y el verdor que impera por todas partes. Shenzhen y Shanghai son bastante diferentes. Mientras que Shanghai es una ciudad más caótica y contrastada, Shenzhen resulta más ordenada. Se encuentra muy cerca de Guangzhou (que conocemos mejor en Venezuela como Cantón), capital de la provincia, y limita con Hong Kong y en esta época, cuando está entrando el invierno en todo el norte de China, allá hay un clima agradable y los árboles no han perdido su verdor.

Las noches son espléndidas en Shenzhen por su variada y total iluminación. En las ciudades del norte, por lo general, a las 9 de la noche, la gente empieza a recogerse en sus casas; pero en Shenzhen, a esa hora, cines, discotecas, bares, restaurantes y otros centros de diversión se llenan de gente no sólo de la propia ciudad sino también de Guangzhou, Hong Kong y otras localidades cercanas.

Es una ciudad de inmigrantes, pues hasta allí han llegado personas procedentes de todas partes del país en busca de trabajo o de oportunidades para hacer negocios. Por eso, allí se hablan diversos dialectos y hay una gastronomía rica en variedad de estilos y sabores. Es una ciudad con mucho dinamismo donde todo parece florecer: los negocios grandes, la industria, el avance tecnológico, la diversión cultural, la moda.

Una actividad muy propia de Shenzhen se produce los sábados y domingos cuando miles de personas se agolpan en las oficinas de correo o en las cabinas telefónicas. Son los inmigrantes de otros lugares que envían dinero a sus familiares o los llaman por teléfono. A unos 100 millones de yuanes al año asciende la suma total por este tipo de envíos.

Shenzhen es una magnífica ciudad para hacer dinero y para disfrutar de la vida, pero, no para tomarla como su propio hogar.


Shenzhen cuenta con lugares de interés turístico que conviene conocer.

Uno de ellos es el parque 'La bella China', construido en una superficie de 30 hectáreas, cuenta con las réplicas de 74 lugares famosos del país por su belleza, su valor histórico o su importancia cultural. Es el mayor de su tipo en el mundo. Allá están, por ejemplo, la Gran Muralla, el Palacio Imperial de Beijing, el templo de Potala del Tíbet, una de las 13 Tumbas de la dinastía Ming, algunas famosas montañas y otras. Haciendo un recorrido de pocas horas se puede tener una visión panorámica de los grandes atractivos dispersos en todo el país.

Las réplicas. Cerca de este parque, hay otro llamado 'La Ventana del mundo' donde se puede apreciar réplicas de diversos estilos arquitectónicos del mundo y la puesta en escena de danzas y coreografías de múltiples paises .

Hay en total 118 réplicas, como los pirámides de Egipto, el Gran Cañón del Colorado de los EE.UU., el Arco del triunfo de París, etc, la torre Eiffel que tiene una altura de 108 metros, la tercera parte de la real. Desde su parte más alta, a la que se llega en ascensor, se puede comtemplar todo el panorama de la ciudad y de Hong Kong.

La calle sino-británica sólo tiene una longitud de 250 metros y un ancho de 3 pero es muy famosa por su importancia histórica. Después de la Guerra entre China y Japón, que estalló en 1898, se delimitó los territorios a través de una frontera que en realidad, era una línea que pasaba por la mitad de esta calle. Desde entonces, la mitad pertenecía a la jurisdicción administrativa de Hong Kong, y la otra, a la de China. Posteriormente, en ambos lados de esta calle, empezaron a prosperar pequeñas tiendas que pronto se constituyeron en atractivos turísticos.

Fuente:CRI online

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